En este breve estudio orientado a mostrar el panorama general de la economía colonial durante el siglo XVIII, se esbozará el sistema económico previo a las reformas borbónicas, las que se enlazarán con los cambios posteriores en el desarrollo de las relaciones comerciales entre la Nueva Galicia y la Nueva España y con el interés de los novohispanos o su oposición, según algunos sectores de la población, por obtener la independencia.
El siglo XVIII y su interpretación.
Respecto al siglo XVIII en la Nueva España, se encuentran dos tendencias muy marcadas: por una parte, está la visión de que este periodo fue de abundancia, situación que llevaría a los investigadores a cuestionarse el porqué entonces, los novohispanos optarían por la independencia unos años después.
La otra postura, es la que refiere que al contrario de ser un periodo caracterizado por la bonanza, fue más bien un siglo de crisis que terminaría por convencer a los ricos empresarios de la Nueva España, que lo más conveniente era separarse del reino que dio origen a sus privilegios.
Los privilegios, la riqueza y los impuestos, tienen mucho que ver para explicar estas dos posturas. Primero, es preciso comprender la organización económica impuesta por los Austrias en esta colonia.
La administración económica de los Austrias:
La corona de los Austrias protegió al comercio Español, para este efecto, determinó que algunas mercancías sólo podrían surtirse desde los comercios peninsulares, restringió el comercio entre colonias -lo que por su cercanía resultaría más económico- para favorecer las importaciones, que además de no satisfacer adecuadamente las necesidades de sus dominios, provocaron la merma de ingresos, por la numerosa evasión de impuestos debidos al contrabando.
Además de estas medidas, la corona impuso altos aranceles a los fabricantes de productos que competían con la producción peninsular y por si esto fuera poco, por medio de leyes restringió en las colonias el ejercicio de oficios a determinado tipo de razas, distinguiendo entre oficios destinados a españoles y criollos y trabajos exclusivos para castas, indios y negros.
Estas medidas mantenían vigentes los lazos entre españoles residentes en América y la corona, pues de esta estrecha unión dependían sus privilegios y protegían a la economía peninsular, pero restringieron el desarrollo económico de las colonias, en este sentido, John Coastworth explica:
Con todo y estas limitaciones, las colonias proporcionaban a la “madre patria” el 30% de sus ingresos totales, inversión considerable, si se toma en cuenta que parte de lo producido por las colonias se invertía en el mantenimiento de sus dominios. Herbert S. Klein manifiesta que:
El gobierno español se valió de leyes, instituciones y maniobras políticas, para conceder ciertos privilegios a los peninsulares e intervenir fiscalmente en la Nueva España, de esta manera, se redujo la productividad económica.
Esta política restrictiva sufrió graves alteraciones cuando los borbones ocuparon el poder y junto con ellos, una nueva manera de gobernar, basada en las ideas ilustradas.
[1] Coatsworth John H., Los orígenes del atraso, nueve ensayos de historia económica de México en lo siglos XVIII y XIX, Alianza Editorial Mexicana México, Df, 1990, p 9.
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